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Censura o cómo prohibir lo que haces en secreto

Desvariando sobre ,

Otra de esas novedades de la semana pasada pero que como la vez anterior se ha seguido viendo hasta hoy, ha sido la controversia sobre los eroges y simdates.
Para los que no lo saben, un grupo de activistas feministas de origen británico se opuso terminantemente a la publicación de un videojuego japonés titulado Rapelay (rape + replay), que entre otras cosas vendría siendo un simulador de violaciones.
 
Las varias quejas provocaron que últimamente se cancelara el estreno de dicho juego y que en Japón se reformaran ciertas leyes, causando principalmente la prohibición en los eroges, novelas visuales, simuladores de citas y otros juegos por el estilo de cualquier escenario que pudiera ser moralmente incorrecto.

Hasta ahí ya se veía mal la cosa, si no es que una vez mostrada la lista de temas prohibidos llega a ser aparente que para el gobierno japonés y quizás para el británico la única forma audiovisual permisible del sexo sea la posición del misionero.
Desde las simulaciones de violación hasta el bondage, desde el incesto hasta el adulterio y hasta los tríos serán prohibidos en las novelas visuales en los próximos meses, salvándose por ahora los doujin games. Lo siguiente que se supo fue que varios círculos de creativos del género, empezando por minori, autores del excelente ef – a fairy tale of the two y terminando (por ahora) con Key Visual Arts, cerraron todas sus webs al público en el exterior de Japón. Claro, siempre se puede entrar por medio de un Proxy, pero para fines sencillos, el lado del arte literario moderno más exquisito como más perverso del país del sol naciente ha vuelto atrás unos 200 años en su historia.

Esto no fue por una prohibición en sí, sino más bien por un pobre intento de llamar la atención, o como minori lo explica en su página inicial (para los que pueden entrar al menos), cerraron sus puertas al exterior para no ofenderlos más esperando que posteriormente vuelvan a voltear la mirada a su arte una vez más. Inocencia pura, por no decir tonterías, pues no sólo minori nunca prestó demasiada atención a los extranjeros para empezar, sino que el público del país que sea no presta demasiada atención a casos así...

  
Pero, ¿era necesaria una prohibición?
No, aunque tampoco es que venga mal, si acaso algunos son más extremistas que otros y un grupo de mojigatas británicas con las muchas indiscreciones de la corona son un claro ejemplo de ello, sólo seguidas por los llorones círculos de doujins.
Por supuesto no están tan equivocadas en sus pataletas, pues el mundillo de la pornografía japonesa, tanto del vídeo como en novelas visuales y mangas es bastante más enfermo en el lado mainstream de lo que pueden serlo los norteamericanos y por qué no, los alemanes.

Ellos con sus absurdas reglas de censura que provocan que no puedan mostrarse los órganos genitales haciendo que los mangakas deban usar una (muchas veces minúscula) barra negra para cubrir ese área, o que en los animes hentais y AVs lo único que se vea sea un bloque de píxeles a veces tan grandes que no es que cubran demasiado (“mamá, ¿por qué esa señora se está comiendo unos cuadritos?”) y que hacen que muchos nos preguntemos cuál es el punto de ver esas cosas si estarán censuradas o de qué sirve censurarlos si no se tapa TANTO y más aún con la cantidad de cosas obscenas que salen de la imaginación japo.
Desde los tentáculos (originados con el inicio de esta censura) seguidos por el futanari (mujeres con sorpresa), el más “convencional” bondage (cuerdas y tortura), la salvajada del guro (desmembramiento y demás) seguidos de algunas prácticas poco comunes como edemas, bukakkes, orgías, incesto, transexuales, ínter racial, ínter especies, lolicon (menores de edad), violaciones (simulada o real) y muchos más que pueden llegar a verse.

Una infinidad de cosas que salen de la aparentemente tan cerrada mente japonesa, que no solo deja en claro por qué son de los países con uno de los índices más altos de acoso sexual y violación, sino que hacen que muchos nos preguntemos si no hacen más porque ya sería físicamente imposible o si serán capaces de manipular las leyes de la física para satisfacerse.
Por eso mismo, el hecho de prohibir la exhibición de dichas prácticas en videojuegos puede ser casi lo mejor si por lo menos no da ciertas ideas, claro que no por prohibirse va a terminar su práctica en la realidad, ni mucho menos. Están los que dicen que la prohibición sea cual sea es un atentado a la libertad de expresión, aunque sea una bastante enferma y por un lado es cierto, pero prohibir algo es en sí mismo una libre expresión del pensamiento, aunque algo más cerrada, que tampoco es que se pueda negar. En lo personal, aunque apoyo que no se permitan más varios de esos elementos, la prohibición del resto es, por qué no decirlo, una completa estupidez.

Ya eliminando varias perversiones antinaturales, las otras cosas que no han sido permitidas sí son por lo menos un retrato de la realidad y los actos naturales de todo ser humano en algún momento de sus vidas, y su exhibición ha ido y venido de más a menos con los años en todo tipo de artes casi del mismo modo en el que nuestras madres descubrían las minifaldas y nuestras abuelas ponían el grito en el cielo al ver a sus hijas llevando tan poca tela encima, casi olvidando que un par de generaciones antes el nivel de los escotes por ejemplo, no llegaba más abajo porque ya no había más adonde llegar mientras que, curiosamente, un par de generaciones todavía más atrás, podía verse un notorio exceso en las vestimentas.

Con la prohibición de casi todo tipo de simulación sexual en videojuegos japoneses y la posibilidad de que esto llegue a la pornografía (donde muchos directores ya están preocupadísimos por perder su obscena fuente de ingresos), afectando de cierta manera al resto del mundo, tal vez estemos llegando al siguiente punto en el ciclo y volvamos a enfrentarnos a una prohibición general en todo el mundo regresando a una mentalidad algo más cerrada y puritana, pero como en cada generación que no ha aceptado esa mentalidad y ha buscado algo más libre, incorrecto o no (y dando gracias a Dios porque el comunismo realmente no funcione en la práctica o fuera de China) sólo toca expresarnos en contra de los que se expresan en contra de que nos expresemos en contra. Así, dando vueltas, por lo menos seguiremos en las mismas como lo hemos hecho una y otra vez aunque sin tanto ruido.

Dicho eso y aunque estoy a favor de que se dejen de ver cosas como las violaciones o los tentáculos, por algunas cosas más solamente puedo decir, que los jodan a todos.


2 comentarios:
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Tolesan dijo...
13 de julio de 2009, 6:55  

Me parece que poco y nada gana el gobierno japonés tomando medidas de ese tipo.

Soy de los que dice que la censura en el anime original PROVOCA que aparezcan las tentáculos, las violaciones y el gore en el Hentai. Es como la prohibición del alcohol que a fin de cuentas aumenta el consumo.

Creo que el gobierno japonés, al aprobar una medida así, intenta calmar un poco los ánimos y hacer que todos miren hacia otro lado, como bien dices en tu post. O tal vez sea como los latinoamericanos(yo soy argentino) donde se toman medidas poliíticas así solo para satisfacer a la clase "puritana", a la iglesia y los hombres de arriba, que no pueden darse el lujo(en esta estúpida y discriminadora sociedad) de sentir placer al ver un Hentai, así que dicen aborrecer esoas cosas.

Por último, el Gore(cro que lo llams de otra forma, guro¿?), las iolaciones, los tentáculos y demás perversiones son parte del arte, no se las debe censurar bajo ninguna circunstancia, recordemos que todas son para mayores y no dañas a nadie.

Gracias por leer todo.

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Yumegari dijo...
14 de julio de 2009, 4:19  

Guro es un termino inventado en Japón en base al Gore que aunque no se enfoca solo a eso, cubre ese lado mas alla del masoquismo en el que alguien mutila su propio cuerpo o el de otros por placer sexual o bien el mostrar el acto sexual con uno de los implicados exhibiendo una malformacion que va desde lo natural a lo monstruoso

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